Un país que apoya la FARC, generador de diferentes planes de combate para Al Qaeda, que ha cobijado a Osama Bin Laden -icono del terror-, que ha logrado posicionar a Sudán como uno de los principales países partidarios del terrorismo, según el informe anual sobre terrorismo en el mundo, entregado por el Departamento de Estado de USA, bajo el gobierno de Barack Obama.
La República de Sudán es el país más grande de África. Su capital es Jartum. Posee un gobierno autoritario, teniendo todo el poder el Presidente, Omar Hassan al-Bashir.
Una visión errada
Desde sus inicios -1956 fecha de la independencia- Sudán ha sido visionariamente dividido en dos: un Norte (malo) –árabe y musulmán- y un Sur (bueno) –negro, no musulmán-, lo que da paso a una visión simplista a los acontecimientos de esa nación, haciendo caso omiso a la diversidad etnográfica y religiosa del país, siendo que conviven más de 570 etnias que realizan cultos diferentes. Así también el gobierno del Norte quiere imponer el Islam y su legislación; mientras los derechos humanos de los negros del Sur son violados y los beneficios del desarrollo se quedan mayoritariamente en el Norte.
El clímax fue en Marzo de 1983 cuando se creó el Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés –debido a que la legislación islámica fue impuesta en todo el país, el árabe continuó siendo el idioma oficial, la violación de los derechos humanos de la población negra del sur se volvió progresiva, los programas que se obtuvieron por el acuerdo de paz fueron desarrollados sólo en el norte del país y los servicios sociales llegaron al sur de una manera mínima tal que no se notó un cambio, junto con todo se integró un elemento nuevo al conflicto, el petróleo, ya que se quería mover la línea territorial de los negros al sur, para obtener mayor kilometraje de petróleo- ya que este grupo tenía la colaboración directa del gobierno Sudanés a través de armamento moderno y sofisticado.
SPLA –Sudan People’s Liberation Movement, sigla en inglés- siempre estuvo dividido en dos: el primero que lucha por un Sudán democrático y unido, mientras la otra parte busca la independencia. Los distintos intereses de ambos, permitieron la separación del SPLA en agosto de 1991, creando el Movimiento de Sur Sudán por la Independencia –SSIM, Southern Sudan Independence Movement, en inglés- formado principalmente por el pueblo nuer.
El gobierno ha sabido hacer lo suyo, porque es necesario recordar que la creación de el Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés, quien inició la división del país, se formó por la insatisfacción de ellos hacia los gobernantes, por esta misma razón es que el gobierno ha comprado gente, haciéndose amigos para generar una guerra interna entre ellos mismos –grupos v/s gobierno-.
Guerra entre ciudadanos
Intereses propios, creados y particulares son los que hacen que los ciudadanos luchen contra ellos mismos, contra su propia tierra y su gente. Un gobierno que busca encantar y cautivar para matar y torturar a los que buscan lo contrario a lo que entregan.
La comunidad internacional ha sido bastante ambigua en el apoyo hacia Sudán, siempre bajo sus propios intereses. Al principio estuvieron de lado del gobierno, para una primera crisis alimenticia, beneficiando en un principio con alimentos provenientes desde USA y Europa al norte del país. Estados Unidos se relacionó con Sudán como aliado en la lucha en contra del comunismo en África, proporcionándole ayuda económica, sin entrometerse en las decisiones desequilibradas del gobierno, ni tampoco analizando sus tácticas de guerra. Pero todo cambió, porque ahora la guerra es directamente contra el terrorismo, buscando derrotarlo a cabalidad.
El Departamento de Estado de USA, bajo el mandato de Barack Obama, difundió este año su informe anual sobre terrorismo en el mundo, en el que dentro de una lista de los cuatro países que apoyan al terrorismo se encuentra Sudán, junto con Cuba, Siria e Irán, naciones que dan “apoyo crítico” a grupos como la FARC, la ETA de España o la red internacional Al Qaeda, señalando que integrantes de el último todavía viven ahí. Quedando exentos de ayuda económica de Estados Unidos, no pudiendo disfrutar de beneficios comerciales, ni tampoco generar tratados financieros, ni otros.
Sudán no tan solo apoya a dichos grupos, sino que también sirvió como refugio para uno de los iconos del terrorismo en el mundo, Osama Bin Laden, -1991-quien mientras estuvo en África, fue parte de una empresa constructora, sirviendo como pantalla para colaborar con la formación y planeación de ataques terroristas junto con la creación de campos de entrenamiento para terroristas.
Un país que vive en guerra civil, por la misma razón junto con la sequía, inundaciones, enfermedades y la escasez de alimento es que una gran parte de la población corre peligro de vida y así otros que han dejado de existir por las condiciones inhumanas en las que se encuentra la gente del sur, mientras tanto el gobierno apoya y da espacio a movimientos terroristas, sirviendo como un refugio, en donde la sombra del terror es la más poderosa.
Desde sus inicios -1956 fecha de la independencia- Sudán ha sido visionariamente dividido en dos: un Norte (malo) –árabe y musulmán- y un Sur (bueno) –negro, no musulmán-, lo que da paso a una visión simplista a los acontecimientos de esa nación, haciendo caso omiso a la diversidad etnográfica y religiosa del país, siendo que conviven más de 570 etnias que realizan cultos diferentes. Así también el gobierno del Norte quiere imponer el Islam y su legislación; mientras los derechos humanos de los negros del Sur son violados y los beneficios del desarrollo se quedan mayoritariamente en el Norte.
El clímax fue en Marzo de 1983 cuando se creó el Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés –debido a que la legislación islámica fue impuesta en todo el país, el árabe continuó siendo el idioma oficial, la violación de los derechos humanos de la población negra del sur se volvió progresiva, los programas que se obtuvieron por el acuerdo de paz fueron desarrollados sólo en el norte del país y los servicios sociales llegaron al sur de una manera mínima tal que no se notó un cambio, junto con todo se integró un elemento nuevo al conflicto, el petróleo, ya que se quería mover la línea territorial de los negros al sur, para obtener mayor kilometraje de petróleo- ya que este grupo tenía la colaboración directa del gobierno Sudanés a través de armamento moderno y sofisticado.
SPLA –Sudan People’s Liberation Movement, sigla en inglés- siempre estuvo dividido en dos: el primero que lucha por un Sudán democrático y unido, mientras la otra parte busca la independencia. Los distintos intereses de ambos, permitieron la separación del SPLA en agosto de 1991, creando el Movimiento de Sur Sudán por la Independencia –SSIM, Southern Sudan Independence Movement, en inglés- formado principalmente por el pueblo nuer.
El gobierno ha sabido hacer lo suyo, porque es necesario recordar que la creación de el Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés, quien inició la división del país, se formó por la insatisfacción de ellos hacia los gobernantes, por esta misma razón es que el gobierno ha comprado gente, haciéndose amigos para generar una guerra interna entre ellos mismos –grupos v/s gobierno-.
Guerra entre ciudadanos
Intereses propios, creados y particulares son los que hacen que los ciudadanos luchen contra ellos mismos, contra su propia tierra y su gente. Un gobierno que busca encantar y cautivar para matar y torturar a los que buscan lo contrario a lo que entregan.
La comunidad internacional ha sido bastante ambigua en el apoyo hacia Sudán, siempre bajo sus propios intereses. Al principio estuvieron de lado del gobierno, para una primera crisis alimenticia, beneficiando en un principio con alimentos provenientes desde USA y Europa al norte del país. Estados Unidos se relacionó con Sudán como aliado en la lucha en contra del comunismo en África, proporcionándole ayuda económica, sin entrometerse en las decisiones desequilibradas del gobierno, ni tampoco analizando sus tácticas de guerra. Pero todo cambió, porque ahora la guerra es directamente contra el terrorismo, buscando derrotarlo a cabalidad.
El Departamento de Estado de USA, bajo el mandato de Barack Obama, difundió este año su informe anual sobre terrorismo en el mundo, en el que dentro de una lista de los cuatro países que apoyan al terrorismo se encuentra Sudán, junto con Cuba, Siria e Irán, naciones que dan “apoyo crítico” a grupos como la FARC, la ETA de España o la red internacional Al Qaeda, señalando que integrantes de el último todavía viven ahí. Quedando exentos de ayuda económica de Estados Unidos, no pudiendo disfrutar de beneficios comerciales, ni tampoco generar tratados financieros, ni otros.
Sudán no tan solo apoya a dichos grupos, sino que también sirvió como refugio para uno de los iconos del terrorismo en el mundo, Osama Bin Laden, -1991-quien mientras estuvo en África, fue parte de una empresa constructora, sirviendo como pantalla para colaborar con la formación y planeación de ataques terroristas junto con la creación de campos de entrenamiento para terroristas.
Un país que vive en guerra civil, por la misma razón junto con la sequía, inundaciones, enfermedades y la escasez de alimento es que una gran parte de la población corre peligro de vida y así otros que han dejado de existir por las condiciones inhumanas en las que se encuentra la gente del sur, mientras tanto el gobierno apoya y da espacio a movimientos terroristas, sirviendo como un refugio, en donde la sombra del terror es la más poderosa.
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